viernes, 26 de febrero de 2016

LÁGRIMAS SANADORAS.

"El padre de la historia del hijo pródigo sufrió mucho. Vio partir a su hijo menor, sabiendo las desilusiones, rechazos y abusos a los que tendría que enfrentarse. Vio a su hijo mayor cargarse de amargura, sin tener la posibilidad de ofrecerle afecto y apoyo. Una gran parte de su vida el padre la pasó esperando. No podía obligar a su hijo menor a regresar al hogar ni tampoco hacer que su hijo mayor olvidara sus rencores. únicamente ellos, por sí mismos, podían tomar la iniciativa de regresar.

Durante esos largos años de espera, el padre lloró copiosas lágrimas y murió muchas muertes. Se vació de sufrimiento. Pero ese vacío creó un lugar de bienvenida para sus dos hijos para cuando fuera la hora de su regreso. Estamos llamados a ser como ese padre."

HENRI NOUWEN  

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