viernes, 18 de octubre de 2013

HENRI NOUWEN

Cuando Henri Nouwen murió todos sus amigos y las personas que le conocieron fueron conscientes de la gran pérdida que esto suponía, y así lo han contado en diversas publicaciones. Entre todas las cosas que dicen de Henri Nouwen, la más común e importante es la amistad que profesaba a todos, y a través de la cual hizo presente a su alrededor un ministerio de amor. Otro elemento que, sin lugar a dudas le singularizaba, era su condición sacerdotal, que vivió con gozo y clara conciencia de compromiso con los demás.
Es indudable que Henri Nouwen ha sido una de las figuras espirituales más notables de su generación, un sacerdote de profundo carisma, un mediador de la presencia de Dios tanto en sus obras como en su propia vida. Era también un hombre con heridas, y estas se convirtieron en fuente de sanación para otras personas. Vivió su camino espiritual en medio de luchas e invitó a otras personas a que lo hiciesen del mismo modo. Su condición homosexual, intuida por muchos, y revelada luego de su muerte a sus numerosos lectores no lo define evidentemente, pero lo singulariza, y le hace a él mismo icono para quienes cargan la misma cruz y buscan seguir a Cristo en este mundo gozosa y plenamente.
-       Como escritor tenía palabras que conectaron con su tiempo y que ayudaron a muchas personas a encontrar a Dios y a ser encontradas por él.
-       Percibió la sed espiritual de nuestro tiempo y fue capaz de ofrecer consuelo en lugares donde sólo había desánimo.
-      Conseguía comunicar ideas y conceptos teológicos sumamente complejos formulándolos de manera eficaz y sencilla, pero no por ello menos profunda.
-      Era un teólogo que oraba, y sus palabras procedían tanto de su corazón como de su mente.
-       Llamaba a las personas a una teología viva del encuentro y la comunidad, en la que era posible potenciar las relaciones humanas y el vínculo con Dios.
-      Sus enseñanzas no sólo trascendían las divisiones religiosas e interesaban a todos los cristianos, sino que también atraían a personas de otras tradiciones, o a gente sin especial interés espiritual.
-       Toda su vida y su ministerio estuvieron moldeados por la eucaristía, que celebraba de un modo muy especial, con mucha unción, y que vivía como experiencia de reconciliación y transformación.
-      Era una persona íntegra, compasiva, inteligente, exigente, temperamental. Algunos le consideraban manipulador, egocéntrico y obsesivo. Convirtió a los pequeños y a los pobres en sus maestros, y fue un sacerdote que buscó incansablemente la libertad y el amor.
Como elementos particularmente  novedosos podemos destacar: Nueva comprensión de la encarnación, ver la vida espiritual como vida encarnada; llegó a ver la espiritualidad y la sexualidad no como fuerzas rivales, sino como excelentes dones procedentes de una misma fuente. Quiso hablar de la sexualidad, pero no con un lenguaje moral, sino místico.
Henri Nouwen, en el plano personal, ha sido también un compañero de camino en mi propia andadura  espiritual, de ahí que desde hace varios años le lea con asiduidad y esmero, y trate de compartirlo también en mi ministerio con otras personas.

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