sábado, 17 de agosto de 2013

RECUERDOS QUE SANAR...

"Lo crucial que resulta nuestra memoria para el modo cómo experimentamos la vida. Esta es la razón por la que en todas las profesiones de ayuda, tales como la medicina, la psiquiatría, la psicología, el trabajo social, las primeras preguntas van siempre dirigidas a la memoria del paciente o cliente. "Por favor, cuénteme su historia"... Y es claro que lo que los médicos y terapeutas escuchan de ellos no son precisamente los acontecimientos sino sus recuerdos de los mismos.
 No es exagerado decir que el sufrimiento que con más frecuencia encontramos en el ministerio es un sufrimiento de recuerdos. Hay recuerdos heridos que necesitan ser sanados. Sentimientos de alienación, aislamiento; sentimientos de ansiedad, miedo y sospechas; y los correspondientes síntomas como nerviosismo, insomnio, comerse las uñas. Todo esto no es sino una parte de las formas que han tomado ciertos recuerdos.
 Tales recuerdos hieren porque con frecuencia están profundamente escondidos en el centro de nuestra existencia y les resulta muy difícil aflorar. Mientras los buenos recuerdos pueden hacérsenos presentes en signos externos tales como trofeos, adornos, diplomas, piedras preciosas, floreros, anilllos y retratos,  los recuerdos tristes tienden a mantenerse ocultos de nosotros en el desvan de nuestro olvido. Allí no pueden ser curados y originan mucho daño".

Henri NOUWEN
"La memoria viva de Jesucristo".

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