sábado, 20 de julio de 2013

MINISTERIO (A propósito de otro aniversario del sacerdocio de Nouwen)


Henri NOUWEN tenía una visión particular del ministerio, tanto en las comunidades de fe como en la sociedad en general. Entrar en el dinamismo del Amor de Dios supone una sobreabundancia de amor en nosotros, y nos impulsa a tratar de sanar el dolor y el sufrimiento a nuestro alrededor. Dar a conocer el amor de Dios, y trabajar por la justicia a nivel social. La pobreza, la violencia, la enfermedad, la muerte  y otros males sociales son un desafío para la fe. Henri dedicó muchos años de su vida a la formación de sacerdotes, diáconos, pastores,  y previó un papel especial para ellos, pero también sostuvo que todos los cristianos, ordenados o laicos, son portadores de la buena nueva de que toda persona es amada por Dios, y por tanto está invitado a manifestar cada día el amor de Cristo. Al hablar de ministerio, insiste en los aspectos de fecundidad y hospitalidad, y no tanto de productividad; nos invita a ser presencias sanadoras, y es algo muy suyo el tema de “el sanador herido” a la hora de desarrollar sus reflexiones en torno al ministro o apóstol.  Describe dos errores frecuentes en los cristianos cuando se enfrentan al dolor del mundo: aislarse, en una espiritualidad intimista, puramente personal, o por el contrario, volcarse hacia afuera, en un activismo social, que olvide su vida interior, y que no tiene en cuenta la vulnerabilidad que compartimos todos. Para Nouwen la auténtica compasión va siempre unida con una comunión interior, una presencia, de Cristo en nosotros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.