miércoles, 9 de enero de 2013

Henri NOUWEN Y El ARCA.

"Cuando Nouwen fue invitado a ejercer de capellán en Daybreak, interpretó la invitación como una llamada espiritual. Aceptó la llamada y se trasladó a vivir de Boston a Toronto. Su primer período una vez allí estuvo consagrado a adaptarse y aprender. Le pidieron que se alojara en una casa de la comunidad y realizara todas las labores rutinarias y las tareas habituales que entraña vivir con los minusválidos. Henri se ocupó del cuidado de los miembros más discapacitados de Daybreak —una experiencia “manual” donde jamás las haya habido, que requería una implicación física directa.
Fue una experiencia muy absorbente y purificadora. Surgieron muchas dificultades y Henri advirtió cuán lejos se encontraba de su anterior vida académica. Nouwen, que era un hombre de palabras, tenía que habérselas con personas incapaces de comprender las palabras. Él que era un hombre de acción, tenía que habérselas con personas que apenas podían mover los brazos y las piernas. Pero ello le permitió centrarse más. Vivir en la comunidad de l´Arche le ayudó a resistirse con más éxito tanto a las invitaciones a
hablar ante grandes grupos de personas como a la vida superficial y supuestamente glamourosa que suele traer consigo incluso la celebridad de poca monta. En lugar de afanarse por aumentar su popularidad, Henri se consagró a la comunidad, a la amistad y al ministerio sacerdotal con las personas tanto dentro de l´Arche como en otros lugares".

Michael O'laughlin
 "El amado de Dios".
DDB, 2006

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